lunes, 10 de marzo de 2008

Lo quiero y punto.

Lo vi un día gris, en su motoneta. Yo todo listo para jugar un partidito, me doy vuelta y ahí me lo encuentro, con un halo de luz alrededor de su cabeza. Sus cálidos ojos celestes me dijeron "Hola" y yo sin habla sólo pude gemir "Un gusto".
"No" replicó en con una tierna sonrisa que derritió mi alma "El gusto es mío".
Luego, una caricia de terciopelo, el toque de un ángel (con aroma de Arcángel Gabriel, de la botellita de 50 ml.), un suave roce en mi mano, cuando él extendió la suya y me la sostuvo (¿¿¡¡!!??).
Su nombre era Facundo...





Extracto de un diario íntimo que alguien dejó manchado con lágrimas y olvidado en el bar de Euro.

2 comentarios:

Ezequiel dijo...

Posta?? de quien???

Anónimo dijo...

me hago cargo... Lo am... O perdon... Quiero decir es un tipaso! No me lo toquen a facu! Y eso q no usa pollerita.. Je!