"No" replicó en con una tierna sonrisa que derritió mi alma "El gusto es mío".
Luego, una caricia de terciopelo, el toque de un ángel (con aroma de Arcángel Gabriel, de la botellita de 50 ml.), un suave roce en mi mano, cuando él extendió la suya y me la sostuvo (¿¿¡¡!!??).
Su nombre era Facundo...

Extracto de un diario íntimo que alguien dejó manchado con lágrimas y olvidado en el bar de Euro.
2 comentarios:
Posta?? de quien???
me hago cargo... Lo am... O perdon... Quiero decir es un tipaso! No me lo toquen a facu! Y eso q no usa pollerita.. Je!
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